Voces que desafian el imperio del mal
Viste que hay un día en el que al levantarte te decís… ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cuántos años más voy a dejar pasar antes de llevar acabo mi sueño? A los 34 años vendí todo, renuncié a mi trabajo, agarré la compu, una mochila y compré un pasaje de ida. Yo quería viajar pero ya no de vacaciones, mi sueño era vivir viajando. Quería hacer uno de esos viajes en el que los abrazos de despedida son tan fuertes que en algún punto parten el alma. Y no te das una idea el miedo que me generaba sólo la idea de hacerlo real… Seguramente, al igual que vos, yo vengo de clase media trabajadora, toda mi vida laburé para pagarme el pan y los libros. Todo lo logré con mucho esfuerzo y, claro, sabemos que viajar es un lujo y los lujos sólo son para una minoría. ¡Cuánta información errónea nos metieron en la cabeza, qué bien que lo hicieron, cuán cobardes nos formaron! Pero un día dije ¡basta! ya no les creo más, guárdense sus falsas seguridades y sus estereotipos sociales porque a mi sólo me quedan unos años más de vida y voy a vivirlos… No me conformo con transitar lo que me queda sólo aceptando lo que me toca. Ya conozco el camino que ellos nos ofrecen: Es el camino de 9 a 18. El camino del sueldo que nunca alcanza, el que lleva un estandarte de “sangre, sudor y lágrimas”. En el que se pasa a mejor vida después de muertos. ¿De verdad? El camino que ellos te proponen te ahoga, te encorseta, que te quita de tu propia esencia y sólo te convierte en una más de tantas estadísticas. ¿Sabés qué? Si querés vivir viajando podés hacerlo, sólo tenés que decidir qué tipo de vida y viaje querés tener. En mas de 4 años en ruta conocí: viajeros que trabajaban en cada destino freelancers que trabajaban para diferentes clientes otros como yo que armaron un negocio online para poder, además de viajar, crecer económicamente pero también conocí viajeros que por ideología ni siquiera tocaban dinero (literal). A ninguno de nosotros nos es fácil, todos a nuestra forma trabajamos para vivir de la forma que elegimos: unos recibiendo cientos de NO antes de conseguir quién los acerque a su próximo destino, otros buscando trabajo en culturas completamente diferentes mientras algunos trabajamos todos los días para que nuestro negocio crezca un poco más (quién te dice, quizá en algún momento podamos ayudar a quienes nos ayudaron alguna vez). Los caminos pueden ser tantos como el terreno lo permita y si el terreno no lo permite la imaginación humana ya creó globos, barcos y submarinos. ¿Qué te hace pensar que vos no podés crear el tuyo? En unos días (y como hago de tanto en tanto) voy a dar una charla junto a mi compañera de viaje y vida, explicando cómo es esto de emprender online y vivir viajando haciendo lo que uno sabe y ama hacer (aclaro que es gratis). Si te querés sumar avisame y te paso la info. Te dejo un abrazo y te deseo la vida que te merecés, no para la que te formaron. Mina.

 

 

 
 
 
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