La noche en la Ciudad
Buenos Aires es una ciudad muy nocturna: la noche es una parte clave de la
vida social de los porteños de todas las edades y en cualquier estado de ánimo,
sea que uno busque relajarse, bailar, escuchar música o tomar algo con amigos.
Si bien arranca más tarde que en otros lugares del mundo (una ciudad que cena a
las 21 no empieza la noche hasta las 23), vale la pena como turista dormir una
siesta el sábado y animarse a vivir aunque sea una vez la noche porteña. Te
contamos algunas de las propuestas más populares de la ciudad.
Tango para escuchar, mirar o bailar
Si bien es verdad que no todos los porteños son tangueros, hay cada vez más
nichos de gente que lo sigue: desde los señores que lo bailan desde los años ‘50
hasta los jóvenes que se engancharon hace poco, sea con el baile o con la música.
Si te animas a bailar, lo ideal es ir a una Milonga la mayoría ofrecen clases
para principiantes un par de horas antes de que abra, para que luego te quedes a
bailar y tengas algo con lo que arreglarte. Si no, hay muchísimos rincones en
Buenos Aires donde se puede escuchar tanto a los popes del género como a los
músicos de las nuevas camadas. Las milongas y Tanguerias se encuentran casi
todas en los barrios del sur de la Ciudad: Constitución, San Telmo y el Centro
en general.
Noches de jazz y rock
En caso de que el tango no sea lo tuyo (o que te quedes mucho tiempo y tengas
ganas de variar), hay muchas otras opciones de música en vivo para amenizar una
velada. La Ciudad tiene una pequeña pero interesante movida jazzera, con tres o
cuatro lugares (la mayoría por el centro pero también algunos en Palermo) como
epicentro y un ambiente de músicos de jazz, bossa nova, soul y géneros en esa
línea: hay shows de las 20-21 hasta la 1 de la mañana, y siempre se puede tomar
algo o incluso cenar. Para los más rockeros, también hay muchísimos espacios (bastante
más casuales, muchas veces sin mesas) donde se puede escuchar a las numerosas
bandas de rock independiente de la ciudad.
A tomar algo rico
La tendencia gourmand que ha invadido la ciudad no solo abarca la comida:
también ha llegado, y quizás hasta con más fuerza, a las barras. Hace veinte
años hubiera sido impensable conseguir un Manhattan o un Old Fashioned
mínimamente decente: hoy, no alcanzan los dedos de la mano para contar los bares
de tragos más sofisticados de la ciudad, que trabajan con la misma calidad que
una barra de Londres o Nueva York, siempre buscando un twist local original (sea
a base de aperitivos, las bebidas preferidas de los inmigrantes italianos en los
años ‘30, o incluso de tragos con mate). También hay winebars, lugares con una
buena selección de vinos por copa, para probar las mejores botellas de vino
argentino a buenos precios. Los epicentros de barras más importantes se
encuentran en la zona de Retiro y la de Palermo.
Boliches: la noche larga
Si a las 3 de la mañana, cuando cierra la mayoría de los bares, todavía estás
para seguir, es hora de dirigirse a un boliche (la palabra que los porteños usan
para “discoteca”). Es importante saber que antes de las 2:30 en general ni vale
la pena acercarse, porque no habrá nadie (aunque abran a la 1). En general están
orientadas a gente joven, de 18 años (la edad mínima para ingresar a una
discoteca en Buenos Aires) a treinta y pocos; hay muchas en Palermo, Recoleta y
el centro y también en rincones más alejados de la ciudad, cerca del río. En los
lugares más grandes la “especialidad” suele ser la música electrónica: en los
boliches más chicos se suele pasar un mix de electrónica con los géneros latinos
más de moda en Buenos Aires (hoy día, es furor el reggaetón). También existe un
pequeño circuito de fiestas alternativas, donde se baila música indie y rock &
pop de los ‘80 y ‘90. Finalmente, si te interesa ir a un boliche gay, en Buenos
Aires estás de suerte: no solo hay muchos sitios especializados sino que la
mayoría de los lugares grandes tienen una noche gay algún día de la semana.
05:55 PM | 0 Comments