Falsas bodas: el nuevo invento argentino para divertirse

Arman un casamiento con comida, tragos y música. Y contratan a actores para
hacer de novios. Los invitados pagan una entrada y van vestidos de gala, como en
una fiesta en serio. La idea ya la exportaron a Rusia. 

La
próxima convocatoria con entradas agotadas será mañana a la noche en un salón
de Palermo. La mayoría de los que participan tienen un promedio de edad de 29 
años, que deben cumplir con dos requisitos: vestirse de gala y disfrutar.

La idea,
que ya cruzó fronteras, surgió de un grupo de argentinos -no podía ser de otra
manera si se trata de fiestas- que, cansados de esperar a que alguno de su grupo
contraiga matrimonio, decidieron inventarlo. “¿Y si creamos una falsa boda?”,
propuso uno, y todos se prendieron a la idea.

Al no
ser amigos del colegio, ni de un club en común, jamás hubiésemos tenido una
fiesta de casamiento juntos. Sólo existía esa posibilidad si alguno de nosotros
lo hacía. Entonces decidimos armar la propia, teniendo la
libertad de poner y sacar lo que nos gusta de una típica boda, pero sin casarnos”,
relata Martín Acerbi, uno de los impulsores.

Estas
falsas bodas reúnen todos los rituales típicos de una fiesta de casamiento como
son la recepción, el ingreso de la novia, la ceremonia civil, el lanzamiento del
ramo, la barra libre y por supuesto las infaltables tandas de baile. Pero los
que se “casan” son actores contratados.




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Para
cada encuentro –hasta ahora se realizaron cinco– hay una historia diferente. La
primera fue la de un novio que, abandonado por su novia minutos antes de dar el
“sí, quiero” decidió ahogar sus penas en la fiesta. La segunda se llamó
Testigos al ataque
. “Hicimos una ceremonia en vivo, con una pareja de
bailarines. La historia es que la chica sale corriendo del altar, como en la
película de Julia Roberts, y el testigo le declara su amor y termina ocupando el
lugar del novio”, cuenta Martín.

La
última fue para los organizadores la más osada, donde el novio confiesa, frente
al altar, que en realidad está enamorado del pedicuro y termina consumándose un
matrimonio igualitario. Todo puede pasar en estas falsas bodas, pero nada puede
opacar el entretenimiento.

Esta
fiesta temática ya es de exportación. La tercera edición cruzó las fronteras
para llegar a Rusia. “La idea circuló de boca en boca y la hermana de uno de
nosotros lo contó en Moscú, donde realiza performances de tango. El productor
que recibió el comentario aceptó el desafío de hacer una Falsa Boda en su
ciudad, por lo que viajamos hasta allá para realizar una ‘Fake Wedding’, que
salió muy bien”, asegura Martín.